domingo, 15 de abril de 2012

La casa que cambia


Domingo 15

-Acabo de despertar en medio de la casa, debajo de la arcada que dibuja la escalera, y tengo la sensación de que mi casa no es mi casa o de que algo terrible sucedió antes de mi desmayo.
 -Lo terrible es que te hayas ido sola en vez de ir con el bombón que te tiró onda toda la noche, Sabri- además tomaste mucho, a lo mejor planchaste ahí.
-¿En el piso? Y no sólo eso, hace días que busco un cuaderno que recuerdo haber guardado el domingo pasado junto a unas fotos y no están por ninguna parte. Vos viste cómo soy de cuidadosa con las fotos.
-Sos una hincha pelotas. Además esas fotos están todas en la cámara seguro.
-No, eran viejas. Eran de mi papá.
-Ah. Bueno, no sé. Seguro están por ahí. ¡Me voy! Viene Mariano. ¡Hasta mañana!




Lunes 23

-A ver, cuénteme.
-Todos los domingos me despierto en un departamento distinto; distinto al del resto de la semana y distinto a cada uno de los domingos.
-El sueño de cuanta mujer conozco.
-Le digo que no. Las cosas están arregladas de forma diferente. Los muebles son otros. Hay cajas por todos lados, como de quien se recién se está mudando.
-Y usted se mudó ¿cuándo?
-Hace cinco años. Incluso hay libros que no compré (y otros que nunca compraría) en los estantes, como si fueran de otra persona.
-Mhm.
-Hay estanterías donde suelen haber cuadros y cuadros donde siempre tengo estanterías. Las paredes aparecen pintadas de pastel o empapeladas con arabescos de forma alternada.
-Mhm.
-Y me he dado cuenta de que si acaso se me ocurre seguir ordenando el lunes ocurre algo más terrible que lo anterior: todo lo que toqué y cambié de lugar, desaparece para siempre.
-Pare ahí. Usted está alucinando. Tómese esto para la ansiedad, esto para las alucinaciones y esto para dormir ocho horas de corrido por día y me viene a ver la semana que viene sin falta. Y tome un turno con la Licenciada González, aquí tiene el número. Es muy buena para destrabar traumas.
-¡Pero yo no tengo traumas! ¡Le digo que mi casa está embrujada!
-Ah, contra eso no puedo hacer nada.

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Martes 1

-"Los primeros momentos no me doy cuenta del cambio y me pongo a buscar algunos textos en libretas que guardo, o me pongo a ordenar el desorden que creo que dejé el día anterior. "Tengo que aprovechar el domingo, el único día libre que tengo", suelo pensar. Hasta que me parece que algo anda mal, como quien tiene una premonición o se le despierta un instinto y dejo de hacer lo que estoy haciendo. Me asalta un vértigo, por un momento veo dos habitaciones en el lugar de una, superpuestas, y caigo en el piso desmayada. Cuando me despierto me da por escribir pero no se guarda lo que escribo o se pierden los papeles, entonces todo vuelve a pasar y no quedan registros en ningún lado. Incluso a veces pienso que podría ser buen material para un cuento, pero me temo que esto no va a leerlo nadie nunca, salvo yo."
-Muy bien, Sabrina. El ejercicio de ponerlo en palabras sirve. Me parece que estamos progresando. ¿Sabe que escribe muy bien?
-Soy escritora, licenciada.
-Claro, claro. Pero digo, muy interesante.
-¿No le parece que el tema de la casa embrujada es muy remanido?
-Si, pero digamos que su aproximación al tema es original. El diálogo lo hace más ameno.

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Domingo 6

-Me tenés cansada con esto de que se te pierden las cosas y la casa te cambia. Ya fue, nena. Mudate.
-¿Sabés que tenés razón? Ya mismo me pongo a buscar departamento.
-¡Al fin! ¡Hace como un mes que me venís con esto!
-¿Y cómo lo termino?
-Puede ser una casa tomada por espíritus o puede que estés poseída por un demonio.
-Soy atea. Cualquiera de las opciones me parece ridícula.
-O lo podés haber soñado y te inventaste un cuento fantástico para justificar tu siesta de tres horas del domingo.
-Te juro que como sueño el relato estaba buenísimo.



3 comentarios:

  1. Y si no es la casa la que cambia, sino Sabrina? No está mal cambiar de vez en cuando, y ordenar nuestras bibliotecas mentales de otra forma. Y hasta está bueno tener esos libros no leídos por ahí, para probar cosas nuevas.
    Me gustó mucho tu casa que cambia.

    R#1

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  2. Y si no es la casa la que cambia, sino Sabrina? No está mal cambiar de vez en cuando, y ordenar nuestras bibliotecas mentales de otra forma. Y hasta está bueno tener esos libros no leídos por ahí, para probar cosas nuevas.
    Me gustó mucho tu casa que cambia.

    R#1

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  3. ¡Me alegra que te haya gustado, R#1! Muchas gracias por tu comentario. :)

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