Siempre me costó ser breve. Le doy vueltas a los textos cientos de veces para desnudarlo de palabras innecesarias, de detalles vanos que no agregan nada. Y a la vez siento que necesito de cada letra para hacerme entender. Hasta que me gusta como queda o borro todo porque no me convence.
Hoy me armo de coraje y retomo este blog tan olvidado porque siento que es tiempo de volver a escribir mi historia. Esta vez, sin oscilar tan bruscamente de un estado a otro. Esta vez, con la certeza de que el cambio en mi vida es permanente.
Mi vida sigue siendo un rejunte de cosas, como la de todo el mundo, por eso no voy a ponerle otro nombre al blog ni voy a hacer uno nuevo. Simplemente voy a renovarle los aires, a modificarle la plantilla por una más liviana, y a ponerme de lleno a escribir. Y a vivir.