Eso, oportuno, así me cae esta nota (de) hoy.
Y no hay que perder tiempo en lamentarse de no tener más esto o aquello, ni de rumiar nuestros errores o las maldades que han cometido los demás. Errores cometemos todos y todos padecemos las maldades ajenas. No se trata de ser optimista solamente: tenemos que hacer las cosas que nos gustan, que nos estimulan, e ignorar las demás. No hables con los que te resultan antipáticos, con los que te irritan, y no veas películas que no te interesan; evita los programas de televisión que te fastidian. Y si encuentras algo que realmente tiene valor, lucha por realizarlo. Debes estar tan vivo a los noventa años como a los veinte.Francesco Alberoni (escritor italiano)
Traducción: Mirta Rosenberg
Y acabo de encontrar el motivo perfecto para postear este excelente video que hace rato quería recomendar.
No sé cómo fue que surgió, pero alguna vez le dije a una compañera de trabajo que me sentía algo bajoneado y su consejo fue que no debía estar triste, que yo debía estar alegre. Siguió diciéndome que yo no tenía que pensar en cosas malas, sino en cosas buenas y que cada vez que ella está triste se sienta y piensa en flores y arco iris y cachorritos y que mañana va a ser un día soleado. Dijo que lo probara, que me sentiría mejor. Alegre, alegre, alegre, alegre. Luego por los próximos dos meses me reenvió e-mails con fotos de gatitos en ellos.
Una vez le dije algo similar a este tipo en una fiesta y me dijo que sólo tenía que superarlo, que tenía que despejarme y salir de mi ensimismamiento y que hablarme a mí lo estaba deprimiendo. Y luego me dijo que no quería ser ofensivo ni nada pero que yo realmente era algo pesado.
Este profesor que tenía me llamó jovencito y me dijo que no tenía derecho a sentirme malhumorado porque tenía ropa cubriéndome, un techo sobre mi cabeza y comida en mi mesa y que cuando él era un niño su padre trabajaba tres turnos y aún así hacían esfuerzos para sobrevivir pero él y su familia eran personas orgullosas porque se tenían a ellos mismos. Luego dijo que cualquier problema que yo pensaba que tenía eran insignificantes en comparación y que yo sólo tenía que esforzarme más y dejar de hablar pavadas.
Mi hermana dijo que ella también había estado deprimida y que había pensado que desperdició su vida y que ella sólo pensaba en las cosas que debería haber hecho y que ahora es demasiado tarde y que la vida parece que no tiene sentido y que sentía como que todo el mundo se había ido en el Bote de la Felicidad que dejó la orilla y que ella estaba atrapada en la Isla Soledad.
Y finalmente este tipo al que solía conocer en la secundiaria me dijo que si tenés un bajón lo que realmente tenías que hacer es levantar pesas porque si levantás pesas te ponés musculoso y luego podés conseguirte un buen auto y luego podés cogerte chicas. Dijo que fue lo que él hizo, que él solía ser delgadito pero que luego empezó a levantar pesas y luego de unos meses se puso musculoso y luego se consiguió un Mustang y ahora se coge chicas. Y luego me lo dijo de nuevo: me dijo que tenía que levantar pesas, ponerme musculoso, comprar un buen auto, y cogerme chicas. Y luego me dijo que no me preocupara por eso, que yo iba a estar bien.
